lunes, 14 de marzo de 2011

Quisiera estar seguro...


Quisiera estar seguro de haberte enseñado.

A disfrutar del amor,


a confiar en tu fuerza,


a enfrentar tus miedos,


a entusiasmarte con la vida,


a pedir ayuda cuando la necesites,


a permitir que te consuelen cuando sufres,


a tomar tus propias decisiones,


a hacer valer tus elecciones,

a ser amiga de ti misma,

a no tenerle miedo al ridículo,

a darte cuenta que mereces ser querida,

a hablar a los demás amorosamente,

a decir o callar según la conveniencia,

a quedarte con el beneficio de tus éxitos,

a amar y a cuidar la pequeña niña que hay en ti,

a superar la adicción de la aprobación de los demás,

a no absorber las responsabilidades de todos,

a ser consciente de tus sentimiento y actuar en consecuencia,

a no perseguir el aplauso sino tu satisfacción con lo hecho,

a dar porque quieres, nunca porque creas que es tu obligación,

a exigir que se te pague adecuadamente por tu trabajo,

a aceptar tus limitaciones y tu vulnerabilidad sin enojo,

a no imponer tu criterio ni permitir que te impongan el de otro,

a decir que si, sólo cuando quieras y decir que no sin culpa,

a vivir en el presente y no tener expectativas,

a tomar más riesgos,

a aceptar el cambio y revisar tus creencias,

a trabajar para sanar tus heridas viejas y actuales,

a tratar y exigir ser tratada con respeto,

a planear para el futuro pero no vivir en él,

a valorar tu intuición,

a celebrar las diferencias entre los sexos,

a desarrollar relaciones sanas y de apoyo mutuo,

a hacer de la comprensión y el perdón tus prioridades,

a aceptarte así como eres,

a no mirar atrás para ver quién te sigue,

a acrecer aprendiendo de los desencuentros y de los fracasos,

a permitirte reír a carcajadas por la calle sin ninguna razón,

a no idolatrar a nadie, y a mí, menos que a nadie.

Autor: Jorge Bucay

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