martes, 1 de marzo de 2011

Tescientas monedas de oro


Había un hombre que ganó trescientas monedas de oro, una cantidad tan grande que no sabía donde guardarla. Hizo un agujero en el jardín y las enterró poniendo un letrero que decía “aquí no hay trescientas monedas de oro”. Su vecino, de nombre Wang Er, se extrañó del comportamiento nervioso del hombre y fue al jardín, desenterró la  plata y dejó un letrero que decía “Wang Er no se las llevó”.
Cuanto más intentes ocultar algo más se descubre.
Autor Desconocido.

No hay comentarios:

Publicar un comentario